sábado, 18 de julio de 2009

LA OCASIÓN PERDIDA.-


 

  La gran empresa de enviar  hombres de la Luna y hacerlos regresar a salvo antes del final de la década, nació de la voluntad y la decisión del presidente norteamericano Kennedy,  quien, pese a no tener personalmente un especial entusiasmo por la aventura espacial, encontró en ello una forma de batir tecnológicamente a la Unión Sovietica con la consiguiente repercusión  psicológica y propagandística que semejante hazaña llevaría consigo.  Contando con un presupuesto siempre creciente, se fueron cumpliendo etapas de trabajo y logros tecnológicos sin precedente.  El Proyecto Apolo sirvió de catalizador del entusiasmo de una nación que vio como sus universidades se llenaban de jóvenes que buscaban en los estudios técnicos una forma de contribuir al gran esfuerzo que se suponía  habría de continuar en los años venideros.  Todos conocemos, unos por haberlo vivido delante del televisor y otros por referencias históricas, lo sucedido en aquella noche  del 19 de Julio de 1969.    Sin duda el  acontecimiento más importante de la Humanidad, por delante de cualquier otro de carácter político o religioso.   Esa noche el Hombre dejaba atrás la infancia y ponía un pie no ya en la Luna sino en el Futuro.  Al triunfal vuelo del Apolo XI siguieron seis más, cinco de ellos con descenso y exploración de la superficie lunar.   Y luego nada, o casi nada...   El entusiasmo popular decayó debido a  la desidia de los políticos mediocres embarcados en otros menesteres y alguna guerra,  y a la acción  de los de siempre, aquellos que creen que es más importante dar peces que enseñar a pescar.  ¿ Es posible imaginar que tras el primer viaje de Colón los Reyes Católicos hubiesen decidido renunciar a seguir explorando el Nuevo Continente.?   Si el descubrimiento de nuevas tierras podía reportar fabulosas  riquezas, la exploración lunar y planetaria nos podía enriquecer con algo no menos importante: el conocimiento.  El programa de transbordadores espaciales,  la construcción de la Estación Espacial Internacional, así como la exploración del Sistema Solar mediante sondas no tripuladas, son logros importantes debidos  a la tenacidad  y al trabajo de muchos que son conscientes de que, en cualquier momento, por un capricho político,  pueden ver evaporarse su esfuerzo debido a los recortes presupuestarios.   Con esa espada de Damocles pendiente sobre su cabeza ha nacido el proyecto Constellation que pretende llevar de nuevo a los norteamericanos a la Luna., y "más allá" ?   La nave Orión que, en un principio,  debía ser  capaz de transportar una tripulación de seis miembros  parece que verá reducida su capacidad a solo cuatro astronáutas.   El consuelo en estas circunstancias viene del hecho de que son bastantes los entendidos que, en aquella nación, piensan que China puede adelantárseles  en una nueva carrera a la Luna.  Ello quizá  les obligue, mal que les pese, a no escatimar fondos públicos para la exploración espacial  y a animar a las empresas privadas a que entren en el negocio con nuevas iniciativas.  El tiempo lo dirá.   Mientras,  vaya desde aquí mi homenaje a todos aquellos,  y especialmente a los de origen europeo, que pusieron los peldaños  de aquel  pequeño paso para la Humanidad.

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 2 de julio de 2009

EL CIELO VISIBLE EN EL HEMISFERIO NORTE.-


 

           EL CIELO VISIBLE EN EL HEMISFERIO NORTE

 

           Julio:        24 h aprox.

           Agosto:     22 h    "

           Septbre.:  20 h     "

 

           Muy altas en el cielo encontramos las constelaciones de Cygnus, Aquila y Lyra, cuyas estrellas Deneb, Altair y Vega forman el llamado "Triángulo del verano", que es fácilmente localizable y que nos sirve para situar en el cielo las constelaciones cercanas al mismo.  Sobre el horizonte Sur vemos, a poca altura, las constelaciones de Sagittarius y Scorpius y,  en ellas,  un buen número de cúmulos de estrellas , algunos  de los cuales pueden ser vistos con unos buenos prismaticos.  Discurriendo en sentido Norte-Sur, la banda blanquecina de la Via Láctea se torna más evidente en las inmediaciones de Sagittarius, ya que es en esa zona donde se encuentra el centro de nuestra galaxia.

 

 

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