Hay ocasiones en que todas aquellas circunstancias adversas que pueden afectar al astrónomo, sea profesional o amateur, parecen conspirar para llevarnos a la desesperación. Una interminable sucesión de noches brumosas es sustituida por una serie de días con viento, tras estos vienen los cielos nublados y, finalmente, la lluvia. Mientras, Marte se acerca velozmente a su oposición y espera a que una nueva cámara recientemente adquirida nos permita, por fin, ver los detalles más característicos de su superficie. Ya solo queda confiar en que sea cierto aquel refrán que dice: "No hay nublado que cien días dure, ni astrónomo que lo aguante."
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Me ha encantado ese refrán acuñado a tus circunstancias. Es muy ingenioso.En fin... como la lluvia hace falta, lo uno por lo otro.Un saludo afectuoso, amigo.
ResponderEliminarMadre mía, hace más tiempo que no me pasaba por aqui. Quería desearte, aunque algo tarde, feliz navidad y que el próximo año sea un buen año astrónomico jeje Saludos,
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