viernes, 2 de diciembre de 2011

Las grandes ofertas y la Astronomía

Aunque pueda parecer una exageración,no puedo evitar decirlo: "Me dan miedo las ofertas de Navidad y Reyes",naturalmente referidas al material astronómico.

Me explico: En estas fechas,todos los grandes almacenes ofrecen en sus folletos y catálogos los más variados artículos de su inventario con la loable intención de inducirnos al consumo.
Casualmente,hoy ha llegado a mis manos uno de esos catálogos y en el mismo,junto a lámparas, destornilladores para zurdos y rascaespaldas chinos,se ofrecen TELESCOPIOS. Casi nada ¡
Vistas las características del aparato y su moderado precio,más de un padre puede caer en la tentación de comprarle al niño (o a la niña,que no vayan a decir) el citado artilugio con la intención de que invierta algo de tiempo en una curiosa actividad y deje de darle al balón o a la videoconsola.
Esta prometedora oferta solo tiene un inconveniente: Que es completamente irreal.
El telescopio de muestra puede tener una lente objetivo de 5 o quizá 6 cm de diámetro que posiblemente se habra tallado del vidrio de la parte inferior de una botella de coñac. Partiendo de semejante premisa,ofrecer 262 aumentos es algo demencial ya que tal amplificación solo se podría obtener con un objetivo de unos 20 cm y siempre que una atmósfera limpia y estable lo permita.
Lo más probable es que el ilusionado destinatario del regalo,a la vista de las pésimas imágenes que obtendría,perdiera todo interés astronómico y optara por relegarlo al montón de juguetes inútiles, o emplearlo ocasionalmente para observar a la niña de la casa de enfrente. En el primero de los supuestos la frustración sería considerable y se olvidaría para siempre del telescopio.
Lo más sensato sería que,si al niño le gusta leer,le compren un libro de astronomía y más adelante,si muestra interés por la ciencia de Urania, comprarle un verdadero telescopio,que los hay de una calidad aceptable y a precios asequibles.

1 comentario:

  1. Tienes razón, como siempre el negocio se basa en jugar con las ilusiones de los críos.
    Feliz semana, Salva.

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