martes, 20 de septiembre de 2011

EL CIELO VISIBLE EN OTOÑO


Las temperaturas comienzan a descender y los días, poco a poco, acortan visiblemente. Son signos que anuncian la llegada del otoño y la proximidad del equinoccio, que señala el comienzo astronómico de dicha estación.

Todavía, a primeras horas de la noche, son visibles las constelaciones del verano pero transcurridas unas horas vemos aparecer otras que contienen objetos sumamente interesantes. De todos los objetos de cielo profundo potencialmente visibles, podemos destacar dos que están al alcance de unos simples prismáticos o de un telescopio por pequeño que sea.

Partiendo del lado superior del cuadrado de Pegaso, nos desplazamos hacia la izquierda hasta alcanzarla estrella beta And. (la segunda y más brillante del arco de estrellas) y desde ahí subiremos muy lentamente hasta que encontremos la Galaxia de Andrómeda, M31, nuestro vecino cósmico. Es casi imposible no encontrarla si empleamos unos prismáticos, ya que Éstos proporcionan un amplio campo visual.

El otro objeto interesante es el cúmulo globular M15, que encontraremos prolongando vez y media hacia la derecha el lado inferior del cuadrado. Este cúmulo se encuentra aproximadamente a una distancia de 35.000 años luz y brilla con magnitud 6,5, cercana al límite de visibilidad a simple vista desde un lugar oscuro. Aprovechad una noche despejada e intentadlo, la ocasión de ver estos objetos lo merece.

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