
El satélite, de unas 6 toneladas y el tamaño de un autobús se desintegrará en su mayor parte durante la reentrada, debido a las altas temperaturas que alcanzará al entrar en contacto con el aire. Sin embargo, la NASA advierte de que algunas de las piezas más grandes podrían llegar al suelo relativamente intactas. Las probabilidades de que hiera a alguien (una sóla persona en todo el mundo, no alguien en particular) son de una contra 3200. No se conocen datos de que esto haya pasado con ninguno de los satélites sacados de órbita en toda la historia de la astronáutica.
El punto de impacto está aún en el aire, dado que una mínima desviación en la reentrada puede significar miles de km de diferencia. Lo único seguro es que las latitudes más alejadas del ecuador están a salvo por la trayectoria del aparato.
Fuentes: Bad Astronomy, El Mundo.
Por favor, que caiga en mi escuela...
ResponderEliminarNo sé cómo no se inventan un recogebasuras espacial, pero claro, es como el que va de picnic al campo y se deja la basura: resulta más caro llevarse la basura de vuelta a casa.
ResponderEliminarSaludos Salva.