Cuando una estrella del tamaño de la nuestra entra en la fase final de su existencia, su radio aumenta descomunalmente engullendo a los planetas cercanos de inmediato y atrayendo hacia sí a los otros (todo el hidrógeno consumido se ha convertido en helio y migrado al interior, por lo que la reacción de fusión se traslada a capas superiores donde están menos apantalladas por la propia gravedad y por tanto, expanden a la estrella). Esto es la teoría aceptada, y hasta ahora no se tenía una confirmación más o menos completa.
Se ha llegado a la conclusión de que WASP-12b, un exoplaneta gaseoso del tipo de Júpiter en la constelación de Auriga podría estar sufriendo ahora esto. Su estrella, de masa parecida al Sol, se ha hinchado hasta estar el planeta ridículamente cerca de ella. Al estar tan cerca, la estrella está deshaciendo poco a poco el planeta, retirando de él material gaseoso que pasa a formar un disco alrededor de la estrella, que acabará cayendo sobre ella. En el corto plazo de 10 millones de años el planeta habrá sido deshecho del todo. Corto a escala astronómica, esto es. A nuestro Sol aún se le estiman 5000 millones de vida restante.
Se ha llegado a esta conclusión porque el planeta está más cerca de lo habitual, y porque su tamaño y temperatura superan a los esperados, además de tener una forma no esférica ya. Esto se debería a las fuerzas de marea provocadas por la estrella y quizá también por otro planeta vecino, que crean fricción en el planeta gaseoso y elevan su temperatura.
Fuente: Space Daily
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